Por: Chano Rangel
Mire lo que son las cosas, hace ya casi 15 años, un vídeo demoledor, le dio el tiro de gracias a las aspiraciones de Andrés Manuel, los famosos, videoescándalos, la única diferencia, es que, en aquellos, si se percibía quien era el beneficiario final, el video fue grabado en las oficinas del argentino, mexicano Carlos Ahumada empresario constructor.
Se dice, que la obra fue orquestada por Carlos Salinas y Diego Fernández, a través de Federico Doring, legislador en ese momento, si esa fue una puesta en escena fue magnífica, porque hasta para eso, se tiene que tener inteligencia.
Los videos que supuestamente presentó Emilio Lozoya, que extrañamente el presidente, pidió que difundieran, violando el debido proceso y un cúmulo de leyes, aunque violar y violentar las instituciones, es el sello distintivo del mandatario.
En una fiscalía autónoma, por la que presidente, luchaba cuando era la oposición, parece que ahora cambió de rumbo, y se ha convertido en un instrumento más de venganzas políticas.
El otro asunto, es que el ministro presidente de la corte suprema de justicia de la nación, Arturo Zaldívar, sea también un brazo ejecutor de las órdenes presidenciales, dejando al país algarate y fuera de contrapesos, con instituciones debilitadas en un grave de riesgo de violentar todo lo que se ha construido por años, la legalidad, que aunque paupérrima existe, y que ha costado años de esfuerzo edificar.
Los videos no culpan nadie, solo son montones de dinero, en alguna oficina, que puede ser el senado, la cámara de diputados, o cualquier otra oficina privada, para cualquier abogado litigante, con 3 dedos de inteligencia, estas pruebas no muestran culpabilidad; es más la duda, es que si ya fueron expuestas, un juez las pueda aceptar con pruebas de un proceso judicial.
En eso videos, solo se el dinero, a dónde fue a parar, no se sabe, para que era tampoco se sabe y en qué momento fue tampoco se sabe, así es que difícil situación entrara la rama jurídica de la fiscalía general de la república.
Hace década y media, René Bejarano, no hallaba donde meterse los fajos de billetes, para financiar la campaña de López Obrador, esa es una gran diferencia, ahora Emilio Lozoya, tendrá que mostrar y generar pruebas de todo lo dicho.
Pero mire, el escarnio público, la lapidación popular y los ataques mediáticos, son el juego del presidente, ya si hay culpables o no es otra cosa, lo importante es que los chairos y la población, el pueblo sabio, juzgue, un juicio popular como lo ha expresado el mandatario, aunque nadie pise la cárcel, lo mejor es que el atole con el dedo, ayude a ganar la elección intermedia.
Emilio Lozoya, por lo pronto habita su mansión, y da migajas de su inocencia, él ya la libro y dice lo que el presidente quiere que diga, y así seguirá, porque lo que más importa, son las elecciones del 2021, lo demás es lo de menos.
Al tiempo.
De Aquello y lo demás…
Ayer ante los gobernadores del país, el mandatario de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca; denunció públicamente y ante sus colegas, de ser objeto de una guerra mediática y sucia, que enturbia el trabajo público en la entidad.
Con voz muy clara y entendible, acusó al gobierno federal, de dar con una mano y con la otra pegar bofetadas, de querer descarrilar a Tamaulipas, de una transición democrática, dada después de 86 años de un régimen único.
Ante los gobernadores, reunidos en la CONAGO (conferencia Nacional de gobernadores) con sede en San Luis Potosí, el gobernador Cabeza de Vaca, aludió a que como gobierno hay acuerdo, pero golpean como partido, y eso no se permitirá en Tamaulipas. Ante la presencia del gabinete federal y del mandatario nacional, AMLO, tuvo que escuchar, quizá por eso la cara en la foto tomada por el Universal.
Más claro ni el agua, como dice el refrán, el que quiera entender, que entienda, y el que no, pos nos, pero dudas, no hubo ninguna en la intervención del gobernador tamaulipeco, en la reunión de CONAGO, este pasado miércoles 19 de abril.